domingo, 26 de julio de 2009

EL HAMBRE ES UN CRIMEN.

LA TOMA DE LA CAFESG DESTAPÓ EL DERECHO CONTRA EL HAMBRE EN LA PROVINCIA.
La toma de la CAFESG originó la polémica. Piden el derecho de alimentación de la nueva Carta Magna. El oficialismo hace equilibrio y la oposición exige. Busti prefiere alimentos que obras. Entregan plata en jornadas solidarias del PJ.
La Asociación Civil Solidaridad y Esperanza de Concordia mantiene una toma de la sede de Cafesg para reclamar un seguro de desempleo y rechazan subsidios para paliar la situación social.

Con la protesta se instaló el debate sobre la necesidad de que se reglamente el derecho a la alimentación y a un ingreso mínimo que asegure la subsistencia, que consagra la nueva Constitución provincial, en su artículo 24.

El intendente oficialista de Concordia, Gustavo Bordet, criticó la modalidad de protesta, dijo compartir los objetivos de la misma, pero indicó que el proceso de discusión que deberá darse en las cámaras legislativas: “La ocupación de la sede de la Cafesg no es la mejor manera de exigir tratamiento de normas constitucionales”, dijo el intendente.

La oposición exige y presentó un proyecto

El diputado radical José Artusi afirmó que “eliminar la indigencia en la población infantil entrerriana demandaría el 1% del presupuesto provincial”. El legislador señaló que la propuesta consistirá en reconocer, de manera gradual, comenzando por los menores hasta los 14 años, el derecho de todos los habitantes a recibir de parte del Estado un ingreso universal e individual, denominado Renta Básica de Ciudadanía, que permita satisfacer necesidades básicas de subsistencia.

Artusi manifestó que “si tomamos una hipótesis optimista, que es creerle a la Dirección Provincial de Estadística y Censos, que nos dice que la indigencia en Concordia en el segundo semestre del año pasado era de 7,50%, extrapolando tal índice para el conjunto de la población infantil entrerriana, y suponiendo una renta básica de 200 pesos por mes para todos los menores de 14 años que vivan por debajo de la línea de la indigencia, ello significaría un costo anual de alrededor de 60 millones de pesos, lo que representa sólo el 0,76% del presupuesto de gastos de la provincia para el corriente año”.

“Si esta hipótesis nos parece poco realista, podemos tomar los datos del Indec para la población hasta 14 años del segundo semestre del 2006, y promediar los valores de Concordia y Paraná, ello nos da un 15,65% de indigencia, y en este caso una renta básica para los más de 52.000 menores en tal condición significaría un costo anual de algo más de 125 millones de pesos, sólo el 1,58% del presupuesto”, explicó.

“Queda absolutamente claro que reasignando gastos innecesarios e improductivos es absolutamente factible, y además hay que considerar los ahorros que el gobierno comenzaría a generar a través de la disminución de la demanda de otros programas sociales, comedores escolares, gastos administrativos de esos programas”, enfatizó el diputado Artusi.

Busti prefiere alimentos que obras, pero cuidando los números

El Presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Jorge Busti, ante la reglamentación del artículo 24 de la Constitución Provincial, que se concretaría en la próxima sesión legislativa, el ex mandatario provincial aclaró “hasta el momento no existe ningún proyecto al respecto (el comunicado de Busti fue anterior al proyecto que anunció Artusi), lo que sí está Cámara está dispuesta a tratar esa reglamentación una vez que ingrese un proyecto y tome estado parlamentario, para que sea estudiado y evaluado por la comisión respectiva. No vamos a evadir ninguna situación, pero debemos atenernos a los procedimientos lógicos de la legislatura”, aclaró.

Al respecto, Jorge Busti en declaraciones a la prensa, informó que sigue la etapa de reglamentaciones de los nuevos derechos, y que seguramente en los próximos días ingresará alguna iniciativa legislativa para reglamentación del artículo que se refiere al derecho a la alimentación y a un ingreso indispensable para la subsistencia, y lo trataremos una vez que cuente con un dictamen de la correspondiente comisión”: “Pero es inaceptable, agregó Busti, cualquier método de extorsión y además el art.24 debe coordinarse con el artículo 35 que se refiere a la necesidad de un equilibrio fiscal en la provincia”. “Pero es inaceptable, agregó Busti, cualquier método de extorsión y además el art.24 debe coordinarse con el artículo 35 que se refiere a la necesidad de un equilibrio fiscal en la provincia”.

Mejor comida que obras
“Si hay que dar prioridad a la comida en vez de obra pública, por ejemplo, que se haga, pero sin poner en riesgo el equilibrio fiscal y las normas de presupuesto en vigencia. No es posible admitir un estado de anarquía y desborde de gastos más allá de lo que permiten los rubros del presupuesto”, aseguró.
Luego afirmó “Por otra parte es necesario revisar la coparticipación de impuestos nacionales para evitar que la Nación se lleve la mayor parte disminuyendo los recursos de la provincia”, agregó el ex Gobernador.

En otro párrafo, Busti advirtió “que para otorgar un subsidio de estas características, es necesario que haya una contraprestación, aunque sea mínima, para justificar ese egreso. Prudencia y responsabilidad sin aceptar extorsiones. Las Comisiones de Diputados tendrán en cuenta todo ello y se aunarán criterios para seguir adelante con la reglamentación de los nuevos derechos que sancionó la Constitución”.

Finalmente el ex mandatario entrerriano coincidió con el Intendente Gustavo Bordet, en que “la ocupación de la sede de la Cafesg no es la mejor manera de exigir tratamiento de normas constitucionales que continúa realizándose conforme a un plan ordenado del trabajo legislativo"

jueves, 23 de julio de 2009

PROBLEMAS VISUALES.

DISEÑAN UN AUTOTEST PARA DETECTAR RAPIDAMENTE PROBLEMAS VISUALES.
Un equipo especializado en discapacidad del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) tuvo una gran idea para prevenir los problemas visuales y saber cuándo es hora de consultar al oftalmólogo.
Los técnicos diseñaron un cartel de lectura más simple que el que utilizan los oculistas para controlar la agudeza visual, y que se puede enviar por correo electrónico para aplicar en la escuela, el hogar, el trabajo o hasta en la fila de un banco o un supermercado.
"Cuando empezamos a estudiar cuáles son los problemas de discapacidad que más afectan a nuestra población, nos dimos cuenta de que el 22% de las discapacidades son visuales, lo que representa a unos 600.000 argentinos. Nos enteramos también de que en el país hay alrededor de 50.000 ciegos y, también, de que el 80% de esos casos podrían haberse evitado si se hubieran tomado las medidas de prevención, diagnóstico y tratamiento oportunos. Enseguida, nos pusimos a pensar qué podíamos hacer", señaló el ingeniero Rafael Kohanoff, director del Centro de Tecnologías para la Salud y la Discapacidad del INTI.
Con el asesoramiento de la Sociedad Argentina de Oftalmología (SAO) y el Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), el equipo dirigido por este ingeniero incansable de 84 años comenzó a trabajar en el nuevo cartel. A los dos meses, y después de muchas discusiones sobre si sería o no finalmente efectivo, el proyecto recibió la aprobación del Comité Nacional para la Salud Ocular del Ministerio de Salud. En septiembre se enviarán los primeros 3000 correos electrónicos hacia todo el país para iniciar lo que ellos llaman la "Cadena de la Buena Vista".
"Parece un chiste que para saber si hay que ir al consultorio del oftalmólogo uno tenga que ir al consultorio. Con este cartel de lectura, que no pretende reemplazar el diagnóstico médico, uno se puede dar cuenta fácilmente si tiene alguna disminución visual", agregó Kohanoff.
Según el diario La Nación, el símbolo elegido para el autotest fue la misma letra "E" que se usa en el clásico cartel con distintas letras que los oculistas todavía usan en la mayoría de los consultorios.
"Su uso es sencillo porque sólo hay que identificar hacia qué lado van las patitas de la letra E, que es de uso internacional. Lo más importante es que, para evaluar la agudeza visual, casi no se necesita verbalizar lo que se ve y permite hasta indicar la dirección de la letra con los dedos. Esto asegura que lo pueda usar masivamente la población, aun cuando no se sepa leer o escribir", explicó la licenciada María Eugenia Nano, representante de la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés) en el comité de la cartera sanitaria.
Esta nueva herramienta de autovaluación rápida cumple con otra condición que impuso el comité: que, una vez recibido, no se pueda modificar el formato ni el color al imprimirlo en tres hojas de tamaño A4 (ver infografía). "Es una prueba básica que funciona sólo a modo de autoexamen, ya que en definitiva se debe consultar al oftalmólogo -sostuvo el doctor Oscar Mayo, vicepresidente de la SAO-. Toda campaña masiva, como por ejemplo las que se hacen para la detección del glaucoma con la medición masiva de la presión ocular o esta autoevaluación, siempre son bienvenidas. El cartel de lectura permite advertir algún pequeño defecto de la visión lejana."
Los especialistas consultados coincidieron en que, básicamente, el cartel será la primera prueba de salud visual masiva que se haga en la Argentina. Además, en que creará conciencia social sin costo alguno para el sistema de salud de la importancia del control oftalmológico. "Hay muchos problemas que se pueden prevenir", dijo Nano.
Una cartilla similar, con la que la Fundación Oftalmológica Dr. Hugo Nano evaluó ya a más de 350.000 alumnos bonaerenses, ayudó a revelar que el 6% de los chicos sufre problemas de visión y lo ignora, lo que aumenta el riesgo de fracaso escolar.
"¿Se movilizará la sociedad para armar la Cadena de la Buena Vista? Ojalá así sea...", finalizó Kohanoff.

miércoles, 15 de julio de 2009

EL HAMBRE ES UN CRIMEN, LA DESNUTRICIÓN MATA. PARA LOS K ES INVISIBLE.


"EL HAMBRE ES UN TEMA INVISIBLE", DIJO JUAN CARR DE RED SOLIDARIA.
Dice que el rol del Estado es clave en el combate de la desnutrición. Pero que cuesta crear políticas nacionales.

¿Cómo es el panorama de la desnutrición en la Argentina?
–El hambre es un típico tema invisible. Hace nueve años trato de hacer que se desarrollen huertas y granjas donde hay desnutrición infantil; hace dos, fundamos en la UBA un centro de lucha contra el hambre. Sueño con que los agrónomos y veterinarios no sólo produzcan alimentos para quienes pueden comprarlos. Todos los días, ocho chicos mueren por causas ligadas a la desnutrición. Ésa es, desde los catorce años, mi obsesión personal. –¿Cuántos pobres hay en la Argentina? –Hay un mínimo de ocho millones. Son los que no tienen garantizados la vivienda, el trabajo, la salud y la educación. Dentro de ellos, hay 2.300.000 indigentes, que tampoco tienen garantizada la comida. Eso incluye 165 mil chicos de hasta 5 años desnutridos. Entre el 30 y el 35% de esas familias están en Gran Buenos Aires y los suburbios de Rosario y Córdoba, el 20% en el norte y el resto distribuido en todo el país. –¿Por qué se da el escenario? –Es una época muy distinta de los años setenta, cuando con el 7% de pobres y el 4% de desocupados se armó, mal o bien, una revolución. Este momento es de enorme quietud, con una sociedad más fragmentada. Los pobres no están en la discusión, salvo cuando hay una catástrofe: una lluvia en Tartagal, la erupción de un volcán en la Patagonia. Durante la gestión del ex presidente se produjo la disminución más grande de muertes por desnutrición infantil de la historia argentina. En 2003 morían doce chicos por día; a fines de 2007, ocho. Hubo dos actores principales: el Gobierno y el campo, que produjo alimentos como nunca y mucho trabajo en la informalidad. Pero, de forma increíble, colisionaron a mediados de 2008. Esa situación impactó muchísimo: a veces, sin quererlo, laburaban por los más desposeídos. –¿Cómo están las cifras ahora? –Amesetadas. Creemos que 2008 cerró con 800.000 pobres más. Si alguien manipula las cifras de indigencia, ése ya es un estadio interesante, porque la realidad es que ni se los tiene en cuenta. –¿Cuáles serían las medidas para revertir la situación? –Por ejemplo, 600.000 de ellos pertenecen a los pueblos originarios, son los invisibles de los invisibles. Nunca hubo un gran movimiento nacional para terminar con la pobreza extrema. En la Argentina hay internas en todos lados, falta la estructura para dar esa batalla y nunca se pudo consolidar la sensación de que el hambre es el enemigo en común. Con nuestro mapa del hambre detectamos 1.836 lugares donde efectivamente se combate. Cuando apoyás a una madre con trabajadoras sociales, psiquiatras y médicos, vuelve a insertarse en una red social y mejoran los perfiles nutricionales de sus chicos. Hay otro dato: si todos los adultos ponemos un paquete de fideos, huevos o polenta, 40 millones de argentinos tendrían garantizadas cuatro comidas diarias. –¿Cómo se inserta el Estado en ese esquema? –Es clave. Con los municipios trabajamos codo a codo. El esquema clásico es: pyme, cura, rabino, escuela. Ahí la red funciona. Pero seguimos sin lograr grandes lineamientos en el ámbito nacional, aunque sería necio negar que la mayor parte de la comida es provista por el Estado. –¿Qué escenario imagina a largo plazo? –Cuando terminemos con el hambre viene la educación. Y, aunque los comedores trabajen de manera excelente, el objetivo debería ser desarmarlos y que los chicos vuelvan a sus casas porque los padres consiguieron un trabajo digno. Sigue la polémica en Salta por la muerte de una nena La muerte de una nena horas después de una mudanza interhospitalaria intensificó las críticas de los trabajadores sobre el panorama sanitario en Salta. La paciente de nueve años –junto a otros siete chicos en grave estado– había sido trasladada el sábado desde el viejo Hospital “Niño Jesús de Praga” al Nuevo Hospital del Milagro, en medio de fuertes protestas de médicos y enfermeros del establecimiento. “Estaba con respirador mecánico y asistida con toda la aparatología que su dolencia necesitaba. Cuando la llevaron en la ambulancia, le quitaron el respirador y le hicieron bolseo manual. Eso pudo haber alterado y agravado su delicado estado”, opinó Raúl Burgos, miembro de la Unión del Personal de Enfermeros. Luis Folco, jefe de terapia intensiva pediátrica del Nuevo Hospital del Milagro, respondió que “haberle quitado el respirador mecánico no influyó”. Los profesionales del Jesús de Praga suspendieron las cirugías, ya que el sábado también se quedaron sin los equipos de terapia intensiva. “El shock-room fue desmantelado, por lo que haremos una presentación judicial”, adelantó Cristina Nesrala, secretaria general de la Asociación de Profesionales de la Salud de Salta.

lunes, 13 de julio de 2009

CHATEAMOS??

CHATEAR ES EL PRINCIPAL USO DE INTERNET SEGÚN UNA ENCUESTA.
Los argentinos usan Internet principalmente para chatear, y son los de menores ingresos los grandes seguidores de este servicio. Comprar online es también una alternativa seductora, pero aquí la delantera la llevan los hombres de mayor poder adquisitivo. En el ámbito de los teléfonos celulares, los SMS (mensajes de texto) aparecen como la herramienta más utilizada tanto por hombres y mujeres. Los que tienen ingresos más bajos son los principales seguidores de los servicios de horóscopos y consejos, que se posicionan como las grandes minas de oro para los proveedores de contenidos.

Estos datos surgen del Estudio General de Medios (EGM) realizado por Ipsos Argentina, que también contabiliza el uso de otros dispositivos tecnológicos en la población como notebooks, mp3, walkman, equipos de bluetooth y cámaras digitales.

De acuerdo con la radiografía del consumidor en Internet, el 69,7% de la población chatea; el porcentaje asciende al 71,1% en el caso de las mujeres, y trepa al 72% en los estratos más bajos.

Los juegos son más usados por los hombres y, nuevamente, la población de bajos recursos es la más fanática: el 19,8% de los usuarios juega online , principalmente, en los locutorios. El 40,5% de los internautas lee los diarios online y el 26,2% descarga música. En el caso de los hogares de bajos recursos, la cifra trepa al 27,6 por ciento.

En el otro extremo, lo que menos hacen los argentinos en Internet es hablar por teléfono, mirar televisión o escuchar radio (con porcentajes que varían del 0,2 al 7,2 por ciento).

• El futuro en los celulares

Por otro lado, el 71,5% de la población tiene teléfono celular, pero más allá de su función principal y de los mensajes de texto, los argentinos aún no le dan uso intensivo al resto de las posibilidades que ofrecen estos dispositivos: video, mp3 o Internet, publicó La Nación.

Un servicio que se está abriendo paso es el de los horóscopos y consejos: el 14,6% de la población ya tiene acceso a estos servicios, y si se mira el dato con el cristal del estrato social se desprende que entre los usuarios de menores recursos el porcentaje asciende al 16,7%. Además, el uso que se les da es parejo entre los más ricos y los más pobres: casi el 5% de ambos grupos admite recibirlos. La clase media baja es la que menos los utiliza. El parque celular es relativamente moderno: el 22,6% tiene la tecnología para navegar en Internet, el 19,8% tiene mp3, el 21,6% tiene radio y el 36,7% tiene cámara de fotos.

El 41% tiene juegos, pero sólo el 18% los utiliza. La posibilidad de grabar video la tiene el 21,9% de los consumidores, pero sólo lo hace el 14,7 por ciento.

¿Hacia dónde deberían apuntar sus armas los proveedores de las tecnologías, en este contexto? "Los segmentos donde pueden seguir creciendo es entre la personas más chicas y las más grandes. Estas últimas muestran mayor penetración y afinidad hacia equipos y usos más básicos, sean del grupo social que sean, pero sobre todo en los más bajos. En general, muestran un uso más simple, acceden para algo puntual o usan el celular como teléfono nada más", responde Pía Polizza, directora de Ipsos Media CT.

Entre los bienes tecnológicos de uso individual, los que tienen mayor penetración en la población son el mp3 y las cámaras digitales (más del 15%). Como es de esperar, los compradores de mayor poder adquisitivo son los más "equipados". El 1,8% de los argentinos tiene una notebook; el 0,3%, una palm, y el 5,5%, consolas de juegos. También se mantiene el uso del walkman y el discman, algo que sorprende a los técnicos de la consultora.

Polizza analiza: "Año tras año se va viendo cómo los usos más complicados de alguna manera van subiendo en el rango de edades a medida que la población va creciendo. Los jóvenes ya tienen incorporados los conocimientos y diversos usos de los celulares, por ejemplo, y poco a poco va pasando a los tramos etarios siguientes".

• Solteros, divorciados o viudos

El informe revela algunas diferencias en el consumo de tecnología entre solteros, divorciados, matrimonios y amas de casa. Por caso, entre los hombres, los divorciados son los que menos consumen televisión y los casados los superan en compras de notebooks.

Las amas de casa tienen menos dispositivos tecnológicos que las mujeres que no lo son, y entre los viudos abundan las radios digitales. Estos últimos también se destacan por el mayor índice de tenencia de equipos telefónicos Blackberry.

domingo, 12 de julio de 2009

UNA GENERACIÓN DE ARGENTNOS AL BORDE DEL COLAPSO.

LA GENERACIÓN NI NI: NI ESTUDIA, NI TRABAJA, NI PROYECTA.

Dos de cada diez del total de seis millones de argentinos de entre 15 y 24 años no tiene ganas de nada. Muchos ya ni siquiera buscan empleo. El 80% vive en hogares pobres. Las razones del fenómeno según los especialistas. Testimonios de los ni-ni.

“Me levanto, toco la guitarra, después desayuno; si tengo que trabajar, me ocupo de esa obligación; hago la limpieza del hogar y me baño, escucho música, salgo a caminar por el barrio, almuerzo, escribo, tomo nota de la vida misma, consumo algún estupefaciente, me acuesto a dormir”, escribe un chico acerca de cómo es un día cualquiera de su vida. Se trata de uno de los 900 mil jóvenes de la llamada generación ni-ni: jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni buscan empleo. En la Argentina existen 3.253.000 de adolescentes de 15 a 19 años y 3.174.000 de jóvenes adultos de 20 a 24 años: en total, unos 6.427.000 de chicos que representan al 20% de la población total. De esos seis millones de adolescentes y jóvenes adultos, dos de cada diez no tiene ganas de nada. “Si uno antes se esforzaba, lograba estudiar y trabajar, el progreso no tenía límites. En cambio, ahora, los chicos observan que los padres o los abuelos trabajan o se esfuerzan mucho pero no ven ningún progreso”, dice Mariel Romero.

Romero y Guillermo Pérez Sosto son sociólogos y desarrollan investigaciones sobre los jóvenes desde hace más de treinta años: en la Cátedra Unesco sobre las Manifestaciones Actuales de la Cuestión Social y en el Centro de Estudios en Políticas Laborales y Sociales del Instituto Torcuato Di Tella. Desde esos espacios realizaron investigaciones cualitativas para determinar cuáles son las expectativas y deseos de los jóvenes que van de los 15 a los 24 años y a los que el mercado de trabajo les es esquivo. No sólo el mercado, también el esfuerzo, que economizan por miedo a la frustración. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó las conclusiones de su estudio Jóvenes y Trabajo Decente en la Argentina: “En la Argentina de la poscrisis de 2001, la problemática juvenil y la precariedad laboral ocupan el centro de la gravedad de la cuestión social”, apunta Pérez Sosto, que asegura que se trata de jóvenes que pertenecen a ese segmento de la población que se convirtió en irrelevante para el sistema capitalista porque antes eran explotados y hoy se los excluye. “Existe una fragmentación de los imaginarios sociales porque se quebró el mito del progreso”, dice.

En las estadísticas, a esos chicos se los denomina “inactivos absolutos” y son muy distintos de lo que en Europa llaman de la misma manera: jóvenes de una clase social apática. De este lado de mundo, los ni-ni pertenecen a sectores indigentes, pobres y vulnerables. “En la Argentina, surgen de un proceso de descomposición social, de una historia de degradación de la economía y de la sociedad de largo período, que supone la precarización del mundo del trabajo, la desprotección social y, por último, el abandono de niños y jóvenes. Un problema social contiguo al de nuestros ni-ni son los ‘precarios’ jóvenes, que abandonaron sus estudios y buscan trabajo, casi 500 mil, y los jóvenes que abandonaron sus estudios y trabajan en forma precaria o indigente están cerca del millón. Entre ambas categorías suman 1,4 millón de jóvenes sobreexpuestos, condenados a la precariedad perpetua y amenazados de invalidez social”, dicen Pérez Sosto y Romero.

“Yo terminé la secundaria en 2007: fue unos meses después de lo que debía, porque me quedaron un par de materias. Ya en quinto año, como estaba libre, empecé a trabajar como (agente de) seguridad de un templo judío. Después me anoté en el terciario de la ORT para hacer Análisis de Sistema y la verdad es que me bajé al mes y medio porque no me gustaba. Ahí me fui de nuevo a trabajar de lo mismo hasta que me echaron hace unos meses, en marzo, de un lugar donde me hicieron mil contratos temporales”, dice Pablo, que tiene 20 años y vive en la casa de los padres en Villa del Parque. “Ahora estoy sin trabajo y sin estudiar y la verdad es que es difícil. Mi CV está dentro de cuatro bolsas distintas y cuando me llaman es para laburos donde me ofrecen menos de mil pesos por mes, quedan muy lejos o son mil horas, y cuando me convocan para algo más específico, no tengo la suficiente experiencia ni los estudios que me piden”, cuenta Pablo, que se anotó en la carrera de Imagen y Sonido de la UBA y espera poder terminarla.

El 80% de estos jóvenes sin proyectos ni ilusiones vive en hogares pobres. Sólo el 8% de los ni-ni tienen un mejor pasar económico. Para todos, en definitiva, el progreso no existe: tienen una gran apatía, una grave crisis de participación, no creen en instituciones como la escuela o los sindicatos. En el 40 y el 50 % de esos chicos, el abandono escolar hace estragos. Ése es el primer paso –reconocen– para quedar afuera de todo. Una vez que dejan la escuela y salen a buscar trabajo, se encuentran con una realidad cruda: el 25 % no tiene empleo y la precariedad laboral de los puestos de trabajo a los que tienen acceso trepa al 62,2 %, cuando el índice para la población general es del 40 %. “Estos chicos no se interesan por nada: hay abandono a priori de la ciudadanía. No les interesa opinar ni votar, no quieren hablar de política, existe una profunda desafiliación y se caen, de ese modo, las redes de sociabilidad. Hasta el progreso se da como una forma individual. Niegan la eficacia de la acción colectiva”, dice Pérez Sosto.

El estudio realizado por los sociólogos recogió testimonios de jóvenes que relatan un día de sus vidas: “Me levanto, escucho la radio, desayuno, veo qué hay para hacer, salgo, estoy con mis amigos, cuando puedo salgo a buscar trabajo”, dice un ni-ni. Otro escribe: “Me lebanto, arreglo mis cosas, alludo en mi casa, si sale alguna changa la hago, osino beo la tele”(sic). Otro, más adelante, agrega: “Un día mío me levanto temprano, al medio día como, a la tarde juego a la pelota, buelbo, me pego un vaño y me voy con los pibes parai”(sic). En todo caso, todos se levantan.

Entre las mujeres –que son siete de cada diez de ese segmento– el problema no es la apatía, sino otro: abandonan la escuela o dejan de buscar trabajo cuando quedan embarazadas o tienen que cuidar a sus hermanos más chicos: “Me lebanto temprano, limpio mi casa y miro las nobelas” (sic), dice una chica. Otra enumera: “Me levanto, preparo el desayuno, organizo las cosas del colegio de mis hermanas, les hago el almuerzo, las llevo al colegio, limpio mi casa, las voy a buscar al colegio y las ayudo a hacer la tarea, después viene mi mamá y le hago mates y después cenamos y dormimos”.

“Existe una tendencia que marca que hay chicos que estén en un estado de adormecimiento. En las mujeres se ve un poco más la fantasía de la Bella Durmiente, donde alguien aparentemente las va a despertar en algún momento para llevarlas a un mundo distinto, en el que todo está solucionado. Estos estados mentales tienen relación con una falla de continencia durante el proceso adolescente por parte de la familia, y ésta, a su vez, no es contenida por la sociedad. El chico cae en una suerte de vacío de referentes. Puede reaccionar de distintas maneras, que van desde el chico un poco haragán hasta el que muestra una depresión profunda o también algunos que caen en psicopatologías muy severas como la psicosis, falta de inserción, adicción o la delincuencia. Un chico que no estudia ni trabaja puede ser alguien que está sufriendo mucho a pesar de la aparente pasividad. También puede sufrir una grave falta de motivación por un mundo que ofrece muy pocas garantías”, dice la médica psicoanalista y coordinadora del Comité de Psicoanálisis de Niños y Adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Internacional (API), Virginia Ungar.

La mayor parte de los ni-ni, el 68,3%, no terminó la secundaria y la mayoría son mujeres: 73%. El embarazo adolescente es el primer factor para quedar afuera de todo. Grisel, 16 años y un hijo de un año y diez meses, asiente con la cabeza: “Yo me levanto a las ocho de la mañana y dejo dormir un rato más al nene. Después, a las nueve, lo levanto. Le doy un yogur y sigue toda la mañana. Se lo dejo a mi hermana y limpio la casa. Después, él duerme una siesta y si quiere jugar, lo dejo, si no mala suerte. Mientras él duerme, yo estudio un poco. Porque dejé la escuela un año cuando quedé embarazada y ahora la retomé a la noche”, dice. Su hermana fue la que insistió para que retomara la secundaria. Ahora va de seis a once de la noche, en pleno centro de Santa Fe. “Es que a la noche, la escuela no es lo mismo que a la mañana o a la tarde, hay cosas que no te enseñan o problemas, como gente que se droga. Yo tuve uno cuando unos chicos me quisieron pegar y me asusté mucho”, dice la joven, que busca trabajo y no encuentra. “Me piden el título secundario y no les importa que estoy en el último año. También que tenga horario de mañana y tarde y si les digo que tengo un hijo, menos me toman. Si te dan trabajo, te pagan veinte pesos por doce horas”, cuenta.

Ana Miranda dirige el programa de Investigaciones de Juventud de Flacso. En uno de sus últimos trabajos, “Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina”, retrata a los ni-ni: “Más del 20% de los jóvenes que no estudia ni trabaja se encuentra en una situación que se denomina como de ‘domesticidad excluyente’, en referencia a su escasa participación en ámbitos públicos, de carácter educativo o laboral. Este fenómeno, que no es nuevo, tiene implicancias más significativas en el contexto social contemporáneo en donde el abandono escolar temprano y la baja participación en el mercado laboral generan amplias dificultades frente a la obtención de ingresos, perpetuando la vulnerabilidad de las mujeres en estos grupos sociales”.

La incertidumbre, la apatía y la desilusión son moneda corriente entre estos jóvenes. Sin embargo, la psicóloga Ungar opina que la situación se puede revertir: “No tengo una visión tan pesimista. Si estos chicos son escuchados, con ayuda terapéutica y un trabajo interdisciplinario, pueden arrancar”.

OPINIÓN

Una derivación de la exclusión de los 90
Mario Margulis (Sociólogo)

Los jóvenes son el futuro de la nación. Que haya cientos de miles de jóvenes que no estudian ni trabajan supone una pérdida insalvable para la sociedad. Se trata de una triple exclusión: de la enseñanza, de la capacitación laboral, de la esperanza en la propia vida; quedar afuera de las instituciones socializadoras: la escuela, el trabajo, a veces de la familia. La cultura y las habilidades sociales necesarias para incorporarse como miembro adulto de la sociedad se adquieren en esas instituciones que transforman al niño en ciudadano apto para desenvolverse en la sociedad. Las instituciones de enseñanza, los lugares de trabajo y la familia brindan al niño y al adolescente los recursos para moverse competentemente en el medio social. La escuela no sólo trasmite conocimientos, inicia al niño y al adolescente en los códigos de la convivencia, en el respeto recíproco y en los matices del trato mutuo. El taller y la fábrica adiestran en las habilidades y disciplinas del trabajo, pero también enseñan destrezas sociales y aportan en la construcción de la identidad. ¿Qué queda para el joven excluido de estas instituciones, que no trabaja, no estudia y tiene un hogar problemático? La calle, el grupo de pares, otros jóvenes como él igualmente a la deriva, vulnerables a la droga, a las tentaciones fáciles, a la estigmatización, al delito e incontables riesgos.

En nuestro país el problema de estos jóvenes excluidos proviene de las políticas de los años 90 que generaron pobreza y desempleo. Ha habido después esfuerzos públicos importantes, pero el problema permanece y sus cifras son cuantiosas. Las políticas públicas deben ser concertadas y eficientes. Las instituciones de enseñanza deben contar con más recursos y tornarse no sólo más actualizadas y eficaces, también más atractivas y promisorias. También favorecer el empleo juvenil, apelando a becas y subsidios. Así los jóvenes dejarán de ser considerados un peligro del que hay que defenderse con murallas, armas o leyes y podrán volver a ser vividos como potencialidad, futuro y esperanza.

Garantizar educación de calidad para todos
Delia Méndez (Coordinadora del área de Educación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Nación)

En nuestro país, una parte de la población joven no está incorporada al sistema educativo y tampoco al mundo del trabajo. Por eso, desde la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Nación desarrollamos políticas públicas orientadas a la creación de empleo y a formar personas con mejores capacidades técnicas y sociales. Creamos en 2008 el Plan Nacional de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios para Jóvenes y Adultos (Fines), mediante el cual unas 200 mil personas se inscribieron para completar sus estudios y ya se recibieron más de 61 mil estudiantes. El Plan brinda tutorías y capacitación a los equipos docentes y provee libros de texto, útiles y equipamiento a los alumnos y las instituciones participantes.

Otra estrategia de inclusión de los sectores más vulnerables consiste en el Programa Educación Media y Formación para el Trabajo para Jóvenes, financiado por la Unión Europea y con presupuesto del Ministerio de Educación nacional. Fue diseñado para promover la finalización de la educación secundaria y la capacitación laboral de jóvenes de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan. Esta acción complementa las líneas de intervención tendientes a garantizar la obligatoriedad de la Educación Secundaria, establecida por la Ley de Educación Nacional 26.206.

A través de este Programa se brinda asistencia técnica a la gestión institucional; equipamiento informático y multimedial para las sedes de Educación de Jóvenes y Adultos y para los centros de Formación profesional; capacitación a docentes e instructores de estas áreas; oferta de educación secundaria semipresencial articulada a la Formación Profesional; provisión de material pedagógico a docentes y alumnos, y becas de inclusión y retención. En suma, buscamos garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los argentinos.

Sin adultos como modelo
Daniel Schmukler (Psicoanalista y especialista en adolescentes. Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA))

¿Cómo explicar esta particular afección, caracterizada por el “ni trabajan, ni estudian, ni buscan trabajo”, a lo cual yo agregaría: ni les interesa la política, ni la realidad social, ni siquiera demasiado el sexo? Es importante no cometer el error de pensar o comparar la adolescencia actual con aquellas vividas por los que hoy somos adultos. Si bien la adolescencia “adolece” de conflictos universales que vemos repetirse a través de las distintas generaciones, estos conflictos son atravesados en cada generación por los imperativos y mandatos culturales del momento.

Así, hemos dejado de lado otras adolescencias: la del “haga el amor, no la guerra”, la de los ideales en pos de un mundo mejor, incluso la más moderna de la carrera por el enriquecimiento rápido y a toda costa. El problema es que estos imperativos hoy han caducado, y no han sido reemplazados. Y acá entramos en escena los adultos. Los adultos hemos dado un paso al costado como modelos de algo interesante, apasionante a qué aspirar. Los adultos nos hemos convertido en escépticos, descreídos, algo cínicos, desconfiados, ser nosotros eternos jóvenes. Como si fuera poco, mostramos cómo el trabajo y los ahorros de años, logrados gracias al estudio y el esfuerzo laboral, pueden desaparecer de la noche a la mañana en una maraña de escándalos y fraudes.

Entonces, ¿cómo puede entusiasmarse un joven detrás de un proyecto que implique a la vez un esfuerzo, y la paciencia y la tenacidad para sostenerlo a través del tiempo? No tengo yo una respuesta. Sí creo que tenemos que dejar de etiquetar a los adolescentes con categorías “marketineras”, dejar de observarlos como si fueran habitantes de otro planeta, y comprometernos más en un diálogo que les permita volver a creer en que los cambios son posibles

martes, 7 de julio de 2009

SE PODRÁ CAMBIAR DE EMPRESA Y CONSERVAR EL MISMO NÚMERO DE LÍNEA.

Hasta ahora, el que dejaba una prestadora para irse a otra debía resignar la línea. El fallo de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo obliga al Gobierno a implementar la medida en 90 días.

La Justicia confirmó la sentencia que obliga al Gobierno a reglamentar una norma para que los usuarios de teléfonos celulares puedan mantener su número si se cambian de compañía. Así lo dispuso la Sala 5 de la Cámara Nacional en lo Contencioso Administrativo, que confirmó el fallo de primera instancia que había dictado el juez Lavié Pico en marzo de este año, al hacer lugar a una acción colectiva promovida en septiembre de 2008 por la Unión de Usuarios y Consumidores.

Hasta ahora, los usuarios podían cambiar de compañía, pero no tenían derecho a quedarse con el número. Si el usuario quería cambiar, debía resignarse a perderlo, pese a que el decreto 764 del año 2000 establece en el artículo 4 que la portabilidad numérica "es la capacidad que permite a los clientes mantener sus números cuando cambien de Prestador y/o de servicio y/o de ubicación geográfica en la que recibe el servicio".

El fallo, que fue dictado el 30 de junio pero que recién se difundió ayer, ordena al Estado Nacional a través de la Secretaría de Comunicaciones, a que en el plazo de 90 días hábiles reglamente la portabilidad numérica en la telefonía celular. La Cámara basó su decisión en que "los usuarios son titulares del derecho a llevar su número", según consta en el fallo. Se estima que en el país hay 43 millones de líneas, y que el 80% de ellas se encuentra activa.

"El tema de la portabilidad numérica funciona de la mejor manera, con beneficios concretos para los usuarios, en más de 50 países del mundo", aseguró Horacio Bersten, coordinador jurídico de la Unión de Usuarios y Consumidores. "La Argentina podría haber sido pionera en esta materia, porque esto debió hacerse efectivo en el 2000, pero por diversos motivos recién ahora estamos realmente cerca de poder implementarlo, mucho tiempo después que en otros países", agregó.

Efectivamente, la portabilidad numérica fue instrumentada en varios países europeos, como Holanda, Dinamarca, Suiza, Francia, Irlanda, Austria, Alemania, Gran Bretaña, España, Portugal y Suecia. Y también en los Estados Unidos, México y, recientemente, en Brasil.

Flavio Lowenrosen, abogado patrocinante del amparo, sumó argumentos a favor del fallo: "Estoy convencido de que la deficiencia en la prestación del servicio de telefonía celular obedece en gran parte a que no hay portabilidad numérica". Las quejas de los usuarios por el servicio de telefonía celular figuran en primer lugar, según los Tribunales Arbitrales de Consumo, y suman un tercio del total de las consultas. Además, la mayoría de éstas tiene que ver con dar de baja el servicio.

"Hay pruebas concretas de que esto mejora la calidad de la prestación: en Hong Kong, por ejemplo, donde el servicio era muy deficiente, más del 90% de los usuarios cambió de empresa y mejoró sus condiciones. En Inglaterra, la migración fue apenas del 10%, porque el servicio era muy bueno", grafica Lowenrosen.

En promedio, se estima que la migración entre prestadoras que genera la portabilidad es del 15%. Y el resto de los usuarios que se queda con su compañía casi siempre logra mejorar las condiciones del servicio. Los especialistas sostienen que "el fallo aporta a la libertad de elección. Está claro que nunca es bueno un mercado escasamente competitivo."

Si bien el fallo establece que hay un plazo de 90 días hábiles para implementarlo, esto será así siempre que el Estado no presente una nueva apelación. Pero los abogados que presentaron la acción colectiva son optimistas: "La Cámara de Casación confirmó el fallo en tiempo récord, y creemos que no va a haber una nueva traba. Está claro que es absurdo seguir con este tipo de legislación"

 
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