lunes, 18 de abril de 2011

GNC, nafta o gasoil: Qué conviene al comprar un auto.

Para decidir hay que tener en cuenta todos los costos y no solamente el precio del combustible. Ese es el primer disparador de un informe que detalla gastos y analiza que la opción más sensata es elegir de acuerdo al uso del móvil. 

Se puede exponer casi como un problema escolar en la hora de matemática. Martín se quiere comprar un auto, pero no sabe qué es lo más conveniente: hacer rato escucha que el gas es baratísimo y “con dos mangos” uno se puede trasladar toda la semana y salir de viaje sin preocuparse por el dinero dedicado a combustible. Martín escuchó también que comprar un usado con gas es una lotería, que bien puede haber sido remis en su otra vida o directamente que los autos con gas terminan, indefectiblemente, por tener inconvenientes graves de motor. Por otro lado, ya se fijó que un gasolero le sale más caro y la diferencia entre nafta y gasoil no es para volverse loco. Piensa en el naftero, en el valor de la nafta y mira otra vez con cariño el tubo amarillo de gas que se carga “con dos mangos”.
En resumen, Martín no sabe cómo resolver el dilema y como es estudiante avanzado de ingeniería, aprovecha un trabajo encomendado por la cátedra de Planeamiento y Gestión empresarial para estudiar el asunto.
Comparación de automóviles y sus gastos se denomina el trabajo desarrollado por el estudiante Martín Henneken, que contempla el detalla de gastos minucioso de las marcas líderes en venta en el país y sus diferencias de acuerdo al combustible utilizado.
Henneken comienza su informe con un repaso punto por punto. “Los vehículos gasoleros han sufrido un descenso en las ventas, debido principalmente al mayor valor de compra (hasta $10.000 más, sólo por el motor), a los mayores costos de reparación y mantenimiento y al elevado costo del gasoil que en la actualidad alcanza casi los 5 pesos (gasoil con bajo contenido de azufre, que exigen los motores modernos)”.
Por otro lado, advierte, “presentan ventajas como la mayor autonomía y el menor consumo de combustible”.
De acuerdo a estos datos, analiza Henneken, uno podría ir focalizando el interés a un motor naftero con instalación de equipo de gas comprimido (GNC). Sin embargo, apunta, “debemos notar que existe un gran costo de instalación del equipo completo que en nuestra ciudad asciende a los $6400 para uno de última generación. Sumado a esto hay otras desventajas tales como, la pérdida considerable de espacio en el baúl y una reducida autonomía”. En cuanto a las ventajas, añade, “podemos hablar de un costo por kilómetro recorrido de hasta un 70 por ciento menor que a nafta”.
Por último, refiere a los nafteros sin la instalación de GNC. “Estos presentan ventajas como un menor costo inicial, un mantenimiento algo inferior, autonomía superior que a GNC y como desventajas, el elevado costo del combustible y el mayor consumo con respecto a un gasolero”.

Según el uso
Mencionadas ventajas y desventaja de los motores a nafta, gasoil o gas, rápidamente el informe da cuenta de su primera conclusión: todo depende del uso que se le da al coche.
“Elegimos los autos más vendidos del mercado y comparando los gastos que tiene y llegamos a la conclusión de que por menos de 20 mil kilómetros anuales de uso conviene un auto naftero. Ahora, arriba de los 20 mil empieza a convenir instalar el GNC”, dijo Henneken.
El informe es, por supuesto, más elocuente. “Se puede decir que para un uso en ciudad anual menor a los 20 mil kilómetros no es conveniente la instalación de GNC, principalmente por su costo inicial y por las demás desventajas antes descriptas. Tampoco la compra de un gasolero resulta conveniente. Por encima de ese kilometraje se hace interesante la instalación de GNC, teniendo en cuenta la reposición del vehículo a los cuatro años”.

Creencias y detalles
El ingeniero Anselmo Folmer, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias dependiente de la Universidad Nacional de Entre Ríos, remarcó que el trabajo es de suma utilidad y llega para aclarar ciertas creencias. Es que “si uno compara el combustible y el gas ve una buena diferencia, pero en el gas hay otro tipos de costos que no se tienen en cuenta: la oblea, la prueba hidráulica, una batería de mayor potencia, de arranque instantáneo”.
En ese sentido, el docente señaló que no es suficiente comparar el valor de los combustibles, hay que tener en cuenta el resto de los costos, pero también otras alternativas: como el confort y el futuro. En cuanto a lo primero, no deja de ser incómodo si uno viaja de noche, tener que bajar a toda la familia cada 200 kilómetros para cargar gas. Y en cuanto a la segunda variable. “No se paga más porque tenga equipo de GNC, comparando precios en el mercado, los precios son iguales o hasta por ahí menores, porque la gente es reacia a comprar autos con GNC, tiene miedo de que esté muy usado, que haya sido remis”.

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