domingo, 11 de septiembre de 2011

La Generación Dorada estará en Londres 2012.

Le ganó un partido durísimo a Puerto Rico (81-79) y se clasificó para la final de la Copa de las Américas. El comienzo de Scola (27 puntos), el cierre de Ginóbili (23) y el corazón de Kammerichs, claves de la victoria.
Conmovedor. Los gritos de festejo de esos hinchas se entremezclaban con los de esos otros hinchas. Es que, al fin y al cabo, en el Polideportivo hubo hinchas de la Selección tanto dentro como afuera de la cancha. Y no porque haya fallado el operativo de seguridad. Hoy la camiseta Argentina la vistieron doce hinchas. Super profesionales, claro. Pero hinchas. Esos hinchas-jugadores consiguieron, con el 81-79 a Puerto Rico, lo que vinieron a buscar en Mar del Plata: una nueva oportunidad olímpica. Así, en Londres 2012, la Generación Dorada irá por otra hazaña.

El primer cuarto fue palo y palo, entre Scola y Barea. El ala pivote argentino consiguió 16 puntos, con una perfecta efectividad: 8 de 8 en dobles. Mientras que el escolta de Dallas aportó 12 para los boricuas. La diferencia estuvo en la manera en la que lo consiguieron. Mientras el Luifa recibió juego de Prigioni (3 asistencias) y de Ginóbili (también 3) y Argentina finalizó con 10 asistencias el primer parcial, los dirigidos por Flor Meléndez apenas registraron dos. Pero la Selección, que llegó a estar arriba por diez tantos, finalmente cerró el primer cuarto apenas por cinco (29-24) debido a sendas apariciones de Arroyo y Balkman.

Puerto Rico cambió la cara en el segundo cuarto. Apostó a anular a Ginóbili, disfrutó de la salida de Scola, por dos faltas, y empezó a discutir más fuerte el rebote ofensivo. Así, contó con segundas oportunidades y golpeó a fondo con los triples de Holland y el buen aporte de Narváez, quien llegó con 5 puntos desde el banco. Los nervios comenzaron a sentirse en el Polideportivo. Y Puerto Rico, con mucha autoridad, revirtió la historia y se fue arriba por cuatro puntos (44-40) al descanso largo.

De la peor manera arrancó Argentina en el tercero. Dos dobles seguidos de Daniel Santiago le dieron a Puerto Rico la máxima, de ocho tantos (48-40). Pero ahí volvió a aparecer Federico Kammerichs, el héroe del partido ante Dominicana. El Yacaré descolgó un rebote clave que le hubiera permitido a los boricuas sacar diez tantos. Y en la siguiente generó un doble y falta, para dejar a Argentina 48-43 abajo. Como si eso hubiera sido poco, el ala pivote metió un tapón impresionante en defensa y en ataque Scola arrimó a 3: 48-45.

Con el envión anímico que le dio Kammerichs, Argentina se metió de lleno en partido. Y lo empató en 48 con un triple de Manu. A partir de ahí se inició el concurso de triples. la Selección pegó con dos de Prigioni y otros tres de Manu. Puerto Rico contestó con dos de Holland y uno de Barea. El duelo, en ese terreno, lo ganó Argentina, que se impuso en el parcial 26-16 y entró a los últimos diez arriba por seis: 66-60.

El final del parcial no detuvo el show de Ginóbili. Y en la reanudación Manu siguió golpeando con su precisión en sus tiros de tres puntos. El bahiense encestó dos y estiró a seis sus aciertos seguidos. Pero, claro, no estuvo solo. Scola y Prigioni lo acompañaron bien. Así, Argentina estableció una máxima de 11 (71-60). Pero a partir de ahí se volvió a quedar. Puerto Rico ajustó la marca y de a poco fue limando la diferencia. Y lo empató en 79 en el último minuto. Manu encestó uno de dos libres y dejó a Argentina arriba 80-79. Arroyo falló en la siguiente pero los boricuas sobrecargaron el rebote y se ganaron una nueva oportunidad, a 41 segundos del cierre.

En la reposición, Puerto Rico no hilvanó un buen ataque y fue bola para Argentina. Entonces, los de Flor Meléndez mandó a cortar a Prigioni. El cordobés metió uno de sus dos intentos y dejó a la Selección arriba por dos, 81-79, pero con la gran chance para Puerto Rico, con 6 segundos en reloj. Aunque Barea falló y se desató la fiesta.

Mañana será la final ante Brasil. La gran posibilidad para tomarse revancha de lo ocurrido en el partido por la segunda fase. La gran posibilidad para vivir otra fiesta inolvidable.

jueves, 8 de septiembre de 2011

DEL COMBATE DEL ESPINILLO A POSADAS.

Se cumplirá el 10 de setiembre, 197 años del decreto del director supremo de las Provincias Unidas, Gervasio Antonio de Posadas, por el que Entre Ríos se separó de Corrientes y tomó sus límites actuales, iniciando su vida como provincia autónoma.
El decreto de Posadas, por el que Entre Ríos se separó de Corrientes.
Fue una consecuencia natural de la imposibilidad de Buenos Aires de aplastar la autonomía entrerriana, como se vio en la batalla del Espinillo en febrero de ese año, en que una tropa enviada por el directorio al mando del barón de Holmberg fue derrotada por entrerrianos y orientales en la primera lucha franca por el federalismo en nuestro país.
El 19 de agosto de 1814, Posadas propuso al Consejo de Estado separar de la gobernación intendencia de Buenos Aires a Entre Ríos y a Corrientes, erigiéndolas en gobernaciones-Intendencias. El 10 de septiembre Posadas firmó el decreto de creación de las dos provincias fijando sus jurisdicciones. El directorio se reservó el derecho a nombrar a los gobernadores.
Artículo 1: El territorio de Entre Ríos con todos los pueblos formará desde hoy en adelante una Provincia del Estado con la denominación de Provincia de Entre Ríos. Los límites de esta provincia serán: al norte la línea que entre los ríos Paraná y Uruguay, forma el río Corrientes en su confluencia con aquél hasta la del arroyo Aguarachi, y este mismo arroyo con el Curuzucuatiá, hasta su confluencia con el Miriñay, en las inmediaciones del Uruguay, al este el Uruguay y al sud y oeste el Paraná.
Artículo 3: Ambos territorios constituidos en Provincia, quedan por consiguiente separados de la Intendencia de Buenos Aires, y serán regidos por gobernadores intendentes con las mismas facultades, derechos, prerrogativas y dependencias de las demás Provincias del Estado.
Artículo 4: La villa de Concepción del Uruguay será la capital de la Provincia de Entre Ríos (…)
Artículo 5: Ambas provincias nombrarán y tendrán sus representantes en la Asamblea General Constituyente, en la forma que previenen las leyes del Tratado con respecto á las Provincias Unidas.
Sin embargo el Cabildo de Corrientes manifestó “serle enteramente desconocido el arroyo Aguarachi” y el límite no quedó firme.
El territorio al norte del arroyo Yeruá hasta el río Mocoretá, entre los ríos Uruguay y Gualeguay formó parte de la Gobernación de las Misiones dependiendo del Cabildo de Yapeyú, allí estuvieron situadas la Estancia de Mandisoví y el puerto de Salto Chico o Ytú. Al convertirse en provincia, la zona quedó integrada teóricamente al territorio entrerriano.
El 22 de septiembre de 1818 en una conferencia en Nuestra Señora de la Asunción del Cambay, de la que participó Artigas junto al gobernador de Corrientes, Juan Bautista Méndez y los principales jefes guaraníes, se acordó que la zona misionera entre el río Mocoretá y el arroyo Yeruá, tenga un alcalde indio dependiente de Misiones y un Comandante Militar para los criollos dependiente de Entre Ríos (el capitán Aniceto Gómez)
Este decreto firmado por Posadas es la consecuencia, contra la voluntad de Buenos Aires de la batalla del Espinillo, el 22 de febrero de 1814 cerca del puente actual sobre la ruta nacional 18 a 25 kilómetros de Paraná, que fundó la independencia de Entre Ríos con la mezcla de la sangre de entrerrianos y orientales contra el ejército porteño.
Desde que Mariano Moreno quedó aislado en la primera Junta, separado de su cargo, enviado a Europa y quizá asesinado en alta mar, la revolución comenzó a perder fuerza y se perfilaron las figuras estrictamente “porteñas” del directorio de Buenos Aires, entre ellas Gervasio Antonio Posadas.
Artigas veía en el directorio de Buenos Aires un enemigo de la causa nacional, sudamericana, de igualdad en libertad de criollos, indios, negros, todos. Era la causa de los pueblos americanos enfrentados a las metrópolis que para su existencia y provecho necesitaban ante todo del comercio con Europa.
Entre las minorías que miran hacia el exterior para tomar allá ideas y consejo y obtener beneficios y las mayorías apegadas al suelo natal que conocen al detalle y aman sin condiciones se ha venido desarrollando la historia sudamericana, inconclusa porque los factores que la movilizaron desde el comienzo se mantienen vivos y enfrentados todavía en la política de cada día.
Tanto era Artigas un indeseable para Buenos Aires que cuando el jefe militar de la Baxada del Paraná, Eusebio Hereñú, reconoció la autoridad del jefe de los orientales y destituyó al alcalde Andrés Pazos, el director Posadas le mandó un ejército para hacerlo volver a la anterior sumisión con estas órdenes dirigidas al comandante, el coronel alemán barón Eduardo Kaunitz von Holmberg: “El primer objeto de su comisión es apoderarse de todos modos y a cualquier costa de la persona de don José Artigas (…)Luego que esté en disposición de hostilizar lo hará infatigablemente, cortando víveres, convoyes, estorbando la reunión de las familias y de gentes armadas o inermes, desmembrándole las que tenga reunidas ya por medios de dispersión, ya por premios que ofrecerá a los que lo abandonen y el de seis mil pesos al que lo entregue vivo o muerto al citado Artigas (…)
Si llegara a apoderarse de éste o de las personas de Barreiro, Torgués o Texo, los hará fusilar (…)Para que pueda proceder con la debida legalidad publicará el día 16, así en las divisiones militares como en los pueblos de Entre Ríos un bando en que se declare traidores a la Patria a Artigas y sus cómplices. El bando se remitirá oportunamente.
La actitud cruel y traidora está a la vista: fusilar primero y justificar después, no hacer distinción entre armados e inermes. Es la misma actitud que le costó la vida a Manuel Dorrego años más tarde. Primero se fusila a Artigas, a Otorgués y los demás y para que la cosa parezca legal, va un bando que lo declara traidor. De la misma manera, cuando los rivadavianos hicieron que Lavalle fusilara a Dorrego le hicieron ver que para que el crimen, ya cometido con el gobernador de Buenos Aires, fuera legal, debía estar precedido de algunas formalidades, y ahí nomás prepararon post mortem los papeles.
Cuando contra todos los pronósticos porteños, Holmberg fue derrotado en el Espinillo por las fuerzas orientales y entrerrianas al mando de Otorgués y Hereñú, éste le respetó la vida y luego lo liberó. A diferencia de los doctores porteños, los entrerrianos y los orientales eran gauchos sin intereses económicos predominantes ni mezquindades; querían la libertad, no la muerte, y luchaban por lo propio y no por quitarle nada al vecino.
La batalla se produjo el 22 de febrero de 1814 en campos próximos al arroyo Espinillo, cinco leguas al este de la Baxada del Paraná, cerca del actual puente, a cinco kilómetros de La Picada por un camino vecinal que una las rutas 12 y 18.
Cuando las diferencias entre la política porteña y el interior eran ya claras, y hoy son mucho más claras todavía, fue la primera batalla de la guerra civil del Río de la Plata, que tuvo entre sus consecuencias menos afortunadas la derrota de Artigas por su ex lugarteniente Ramírez en Las Tunas en 1820 y la creación por obra del Imperio Británico 10 años después de la República Oriental del Uruguay. Cuando Artigas supo de la creación del Uruguay en su exilio paraguayo, dijo: “ya no tengo patria”.
Hoy todavía mucha gente lo considera un héroe nacional uruguayo, lo que pone de manifiesto cuánto camino hay que andar para poner de nuevo de pie a los pueblos divididos y enfrentados. El historiador uruguayo Gonzalo Abella insiste en que la historia oficial lo ha hecho un desconocido en su tierra. Dice que el monumento del prócer en la plaza de la Independencia de Montevideo lo hace parecer a un condottiere italiano montado en su robusto caballo y no a un jinete charrúa en un flete liviano y veloz que cruza como el rayo el paisaje oriental.
Para la diplomacia británica el Uruguay fue un “algodón entre dos cristales”, entre la Argentina y el Brasil. El Foreign Office no podía tolerar que un solo país fuera dueño de ambas márgenes del Plata, como iba a ser el caso después de la victoria argentina sobre el Brasil en Ituzaingó.
El Espinillo fue la batalla inicial de la guerra que durante décadas dividió al país entre unitarios y federales. Gracias a ella los federales tuvieron el control de Entre Ríos y Posadas no tuvo más remedio, con sus tropas derrotadas, de dictar un decreto que creaba la provincia soberana de Entre Ríos y establecía límites, autoridades y sistema de gobierno.
Antes de El Espinillo, el 20 de enero, Artigas abandonó con más de 3.000 hombres el sitio de Montevideo en desacuerdo con la política de directorio porteño. Este hecho hizo que Posadas ofreciera 6.000 pesos a quien lo entregara vivo o muerto.
El 20 de febrero de 1814 Hereñú reconoció a Artigas como Protector de los Pueblos Libres y desconoció la dependencia entrerriana del cabildo de Santa Fe. Posadas mandó a Holmberg con 400 soldados con artillería pasar de Santa Fe a Entre Ríos para alistar en nuestra provincia las tropas que pudiera y nombró comandante de Entre Ríos a Hilarión de la Quintana, que estaba en Concepción del Uruguay.
Cuando Holmberg cruzó el Paraná y se apoderó de la Baxada, Fernando Otorgués cruzó el Uruguay desde Paysandú (todo era entonces el mismo país, no era una guerra convencional sino una guerra civil). Desalojó de su puesto en Concepción del Uruguay a De La Quintana y marchó tan rápido como pudo hacia el Paraná.
El 22 de febrero de 1814 la columna de Otorgués, con las fuerzas de Hereñú y de Juan León Sola, derrotaron a von Holmberg en El Espinillo. Otorgués respetó las vidas de von Holmberg y de la Quintana y luego los liberó.
El 23 de abril se declaró la independencia de Entre Ríos y el directorio inició negociaciones con Artigas, ante la imposibilidad de apresarlo ni de fusilarlo ni de envenenarlo, misión que Sarratea le había encargado al mismo Otorgués a cambio de muchas monedad de oro. Buenos Aires, a la fuerza, aceptó la independencia entrerriana, que luego se encargaría de anular en los hechos, pero rechazó los planteos federalistas de los enviados de Artigas como antes había rechazado a los enviados a la Asamblea del año XIII.
Dice el profesor Mauricio Castaldo, que vive en María Grande, que el 22 de Febrero de 1814 nació políticamente Entre Ríos como territorio autónomo en el combate del Espinillo. Ese día -recuerda- una columna de orientales -la Banda Oriental era una provincia más- enviados por Artigas y capitaneados por Otorgués vino a apoyar a las fuerzas entrerrianas comandadas por Hereñú y juntos derrotaron completamente el ataque centralista encabezado por el barón de Holmberg.
“Después del triunfo se declaró la independencia de Entre Ríos, la soberanía particular del pueblo entrerriano confederado en la Liga artiguista revolucionaria. Hasta ese momento, Entre Ríos había sido el patio trasero de Buenos Aires y Santa Fe, que se repartían las decisiones, la riqueza y el poder.
Entre Ríos pasó a ser entonces uno de los Pueblos Libres de la Liga Federal artiguista hasta 1820, año en que el proyecto federalista original fue traicionado y derrotado.
El proyecto federal era muy claro: independencia sudamericana, autonomías con mayúsculas -y no provincias con minúsculas- y confederación tenían que ir de la mano, porque no iba a haber independencia verdadera y libertad sin autonomías y no iba a haber pueblos libres sin lucha común federada por la independencia”.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Argentina tuvo una mala tarde y dejó su invicto ante el Brasil de Magnano

Sufrió desde el primer segundo con la lesión de Nocioni y perdió 73-71. Scola, con 24 puntos y 11 rebotes, fue el mejor del equipo de Lamas.
Una derrota que le duele y mucho a esta Generación Dorada, más allá de que la clasificación a semifinales ya estaba asegurada. Brasil cortó la racha Argentina en el Preolímpico y se dio el gran gusto frente al rival que tantas amarguras le provocó en los últimos años. Fue 73-71 para el equipo de Rubén Magnano, el DT campeón olímpico en Atenas 2004, que hoy enfrentó por primera vez a la Selección en suelo argentino.

Los clásicos son partidos aparte, se suele decir. Esta vieja máxima explica la intensidad con la que se jugó la primera mitad. Argentina, desde el inicio mismo, sufrió con la lesión de Andrés Nocioni y debió modificar sus planes. Entre Ginóbili y Scola cargaron con el goleo del equipo y aportaron cuatro puntos cada uno. Del lado brasileño, Huertas y Alex acertaron sendos triples para dejar las cosas 9-8 para Brasil, que luego con una ráfaga del base del Barcelona y un triple de Marquinhos sacó seis de diferencia (14-8).

Argentina respondió con cinco tantos de Delfino (un triple y un doble largo) y, a 1m26s del final del parcial, pasó al frente (15-14) con un doble de Juan Gutiérrez. Pero un triple de Guilherme (5 tantos) Brasil recuperó la ventaja (17-15), con 40 segundos en el reloj. Delfino (goleador argentino en el cuarto, con 7) empató a 20 segundos pero Huertas (7 puntos en el primer parcial) le dio dos de luz a su equipo sobre el cierre: 19-17.
En el inicio del segundo cuarto, Brasil acertó con Rafael Hettsheimer y Guilherme y sacó seis (23-17) en los primeros dos minutos. Ahí Lamas pidió minuto para intentar despertar a sus dirigidos. El dilema del DT pasaba por resolver la maraña que le planteaba Magnano con la doble marca sobre Manu. Es que entre Huertas y Alex cubrían al escolta y dejaban libre a Prigioni, quien no se animaba a tomar los tiros que sí había anotado ayer ante Venezuela.

A partir de ahí llegó la reacción de la Selección. Fueron poco más de tres minutos en los que Brasil apenas pudo anotar dos puntos y Argentina, de la mano de Scola, la fuerza de Jasen (tanto en defensa como en ataque) y la presión sobre Huertas logró pasar al frente y sacó una brecha de tres (28-25). Pero Brasil logró descontar a un punto de cara al descanso largo: 28-27.

En el tercer cuarto sucumbió la defensa Argentina y Brasil golpeó fuerte. El equipo de Magnano logró casi la misma cantidad de puntos que en los primeros 20 minutos (26 contra 27). Y la Selección siguió dependiendo mucho de lo que hicieran Scola (5 puntos) y Ginóbili (4). Pero entre Hettsheimer y Marquinhos anotaron 9 puntos cada uno en el parcial y lograron darle una brecha de diez tantos (42-32) a Brasil. Pero Argentina, a partir de la fiereza de Kammerichs, recortó a seis tantos (53-47) de cara al último parcial.

Argentina se acercó a dos (57-55) con un doble de Scola. Pero Guilherme quedó solito en la siguiente y acertó de tres puntos para darle un respiro (60-55) interesante a Brasil. Para colmo, Scola cometió una falta en ataque y Hettsheimer volvió a construir exitosamente un pick and roll con Huertas, para estirar a 7 (62-55).

Entre Ginóbili y Scola se cargaron al equipo y acercaron a tres tantos (62-59) a Argentina. Pero Hettsheimer anotó dos más para frenar el envión.

De ahí en más ganaron los nervios. Scola salió por cinco faltas a dos minutos del final y, en ese contexto, Brasil acertó un poco más.

sábado, 3 de septiembre de 2011

En Entre Ríos habitan 1.235.994 personas.

El resultado definitivo del censo realizado en octubre del año pasado, arrojó como resultado que en Entre Ríos habitan 1.235.994 personas, concentradas principalmente en los cuatro Departamentos más importantes, Paraná, Concordia, Gualeguaychú y Uruguay, según la información que ofreció el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). 

La población en todo el país asciende a 40.117.096, según los datos definitivos del censo realizado el 27 de octubre de 2010 y también la información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) indica que son más mujeres que hombres. En ese sentido, de acuerdo con el informe ampliado de la encuesta nacional realizada en octubre de 2010, en el país hay 100 mujeres por cada 94,8 varones.
La información provisoria que se había dado a conocer en diciembre había estimado en 40.091.359 los habitantes del país. Además, en todo el país hay un total de 13.835.751 viviendas.
Del total provincial, 339.930 personas viven en el Departamento Paraná, que registró un crecimiento del 6,4 por ciento con respecto al censo realizado en 2001, cuando se registraron 319.614 habitantes.
En el Departamento Concordia, en tanto, la variación intercensal fue del 8,1 por ciento, ya que la población pasó de 157.291 a 170.033 personas entre 2001 y 2010.
Un movimiento similar se registró en Gualeguaychú: en este Departamento la población se incrementó un 8 por ciento: sus habitantes pasaron de 101.350 a 109.461 entre ambos relevamientos.
El Departameto Uruguay se verificó una variación intercensal del 7,1 por ciento, dado que los residentes en este Departamento crecieron de 94.070 a 100.728, una densidad de 17.2 habitantes por km2; Varones: 49.321; Mujeres: 51.407.
Un dato que se confirmó del relevamiento provisorio es que Colón fue el Departamento con mayor crecimiento poblacional. Creció un 17,9 por ciento entre 2001 y 2010, pasando de 52.718 habitantes a 62.160. Federación ocupó el segundo lugar, con una suba de habitantes del 14,2 por ciento: de 60.204 a 68.736.
En el extremo contrario se ubicó Tala: allí se verificó un descenso de población del 0,9 por ciento, ya que sus habitantes se redujeron entre ambas mediciones de 25.892 a 25.665.
Otro de los datos publicados por el INDEC es la densidad poblacional, que mide la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado. El promedio provincial es de 15,7, mientras que los dos departamentos con mayor índice fueron Paraná (68,3 hab./km2) y Concordia (52,2 hab./km2). En el otro extremo está Islas, con 2,7 hab./km2 y Feliciano, con 4,8 hab./km2.
Por su parte, la directora del INDEC, Ana María Edwin, y el director técnico, Norberto Itzkovich, fueron los encargado de informar esta tarde en una conferencia de prensa los resultados. "Este ha sido un censo inclusivo e integrador. Uno de los mejores que hicimos con la población", dijo Edwin.
La funcionaria comentó además que en la tarde de ayer acercaron a la presidente Cristina Fernández Kirchner el resultado, quien lo "ha visto con profundo interés".
A diez meses del censo, el INDEC reveló también que los hogares son 12.171.675 y hay 13.835.751 viviendas. Por otra parte, Edwin reveló: "Las mujeres somos más". Esto se debe a que la totalidad de las personas de sexo femenino en la Argentina suman 20.593.330, mientras que los hombres contabilizan 19.525.766.

 
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