POLÉMICA POR LA QUEMA DE UN BANDERA DE CEREMONIA EN ACTO PROTOCOLAR EN PARANÁ.
Por decreto, se establece que las banderas de izar en desuso, deben ser incineradas en el marco de un acto especial, pero autoridades admiten que es una práctica poco usual. Ocurrió en la escuela Sarmiento de Paraná y causó un revuelo.
A casi una semana del 20 de Junio, la escuela de nivel medio Nª 192 Domingo Faustino Sarmiento de Paraná conmemoró ayer el Día de la Bandera, con un acto poco usual que terminó generando “sentimientos de rechazo y angustia” en alumnos y profesores.
La ceremonia empezó con la incineración de una bandera de izar en desuso, por parte de la directora de la institución, Mónica Bernabé. Para eso, se dispuso un escenario especial: una mesa cubierta por un mantel blanco al pie del mástil, una cacerola forrada con papel celeste y blanco y el paño prolijamente doblado.
“Roció con alcohol el fondo de la olla, metió la bandera y echó un fósforo encendido”, contó uno de los presentes. Seguidamente, surgieron las llamas desde la cacerola y se mantuvieron vivas varios minutos, tiempo en que los asistentes permanecieron en silencio; muchos, atónitos.
Una vez desvanecido el fuego, las cenizas fueron depositadas en el fondo de un pozo realizado en el patio de la escuela, donde luego se plantó un álamo. Para hacer la tarea fueron convocados alumnos de 5to. año, “algunos de los cuales se negaron a participar por estar en descuerdo con el procedimiento”, relató un integrante de la comunidad educativa.
El acto incluyó la lectura de un decreto de 2001, que refiere al tratamiento de los símbolos patrios, y después siguió la agenda de la jornada conmemorativa.
Mediante el decreto 2.390 de 2001, la Provincia dispuso qué se debe hacer con los paños en desuso. Por ejemplo, las banderas de ceremonia deben ser puestas en un cofre con las fechas de recepción y de baja escritas en una tarjeta ubicada junto a la tela. La caja tendrá que estar colocada en un lugar visible.
En tanto, para las banderas de izar en desuso, el decreto indica que deben ser incineradas en el marco de un acto especial, donde se reúne todo el alumnado con el personal directivo, describió Roberto Matteoda, Director de la Departamental de Escuelas de Paraná.
En ese acto –continuó el funcionario- la directora de la institución debe informar el significado de la bandera y lo que se hará (la quema), seguidamente se labrará un acta en el que se describe el procedimiento de incineración.
El documento tiene que tener la firma de dos testigos y el director, luego el papel se guardará en la escuela. “Esos son los pasos a seguir en cualquiera de los dos casos”, dijo Matteoda, quien admitió que pese a la reglamentación la quema es una práctica poco usual en las escuelas. Con la destrucción se busca evitar que se le dé otros usos a la bandera ya inutilizada, ilustró. De todas formas, aceptó que la incineración pueda causar reacciones adversas.
“Hace muchos años que doy clases y nunca había visto que se queme una bandera”, dijo un docente, extrañado por la ceremonia. En tanto, un alumno comentó que “hubo chicos a los que les cayó muy mal, les chocó, les pareció violento, un agravio, un sinsentido”.
Y agregó que el episodio de la bandera ardiendo dentro de la olla forrada con los colores celeste y blanco terminó causando “angustia y rechazo” en más de un estudiante y profesor.
Otros estudiantes, en cambio, dijeron no cuestionar la medida debido a que se trata de lo que “fija el protocolo”. También hubo voces que manifestaron –en comunicación con El Diario- que más allá del reglamento, el acto les “dejó una sensación fea, de desagrado”.
Durante la semana, la directora había informado a los alumnos respecto de la realización de la ceremonia. De todas formas, pese a estar enterados, ayer más de uno quedó sorprendido, aseveraron
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