La innovación es un dispositivo en la rueda trasera, que se puede adaptar a cualquier bicicleta. La Rueda de Copenhague, de ella se trata, transforma cualquier bicicleta en una bicicleta eléctrica y ecológica.
No se trata de una bicicleta especial, sino de una rueda que le da facultades extraordinarias a la bicicleta que la adopte. Parece una rueda de bicicleta común, con un centro de gran tamaño. Pero es mucho más.
Para empezar, cuando al utilizar esta rueda se accionen los frenos de la bicicleta, se estará disminuyendo la velocidad y a la vez almacenando energía eléctrica, que se podrá usar luego como ayuda para seguir avanzando. Para esta función, la rueda emplea una tecnología similar a la KERS (Sistema de Recuperación de Energía Cinética), que se utiliza en la Fórmula 1.
A su vez, mientras se pasea, esta rueda estará recolectando información sobre la contaminación atmosférica, el ruido, y otras condiciones del camino.
A diferencia de otros dispositivos que mueven bicicletas con energía eléctrica, la Rueda de Copenhague no entorpece el vehículo con cables o pesadas baterías: todas sus piezas van encerradas en su eje central. En esa pieza, esta rueda tech tiene un motor eléctrico, baterías, una línea celular, sensores para medir la temperatura y la humedad del ambiente, los niveles de ruido, y las cantidades de monóxido de carbono y de óxidos de nitrógeno presentes en el aire. De este modo, el ciclista podrá elegir los caminos más saludables.
Además, la Rueda de Copenhague almacena información como la velocidad, la distancia recorrida, la proximidad de otros ciclistas y las calorías consumidas.
Los primeros prototipos de este dispositivo fueron desarrollados por el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), junto a la empresa Ducati Energia, y el Ministerio de Medio Ambiente de Italia, para la Municipalidad de Copenhague, y fueron presentados en esa ciudad mientras se llevaba a cabo la cumbre sobre cambio climático.
Se espera que la Rueda de Copenhague comience a producirse en 2010, y que se venda a un precio similar al de las bicicletas eléctricas.
Los creadores de este dispositivo señalan que en el futuro el usuario podrá ajustar las especificaciones técnicas de la rueda a sus necesidades. Así, quien viva en una ciudad con muchas pendientes, podrá aumentar el número de baterías de su rueda; y el que la necesite para alguna aplicación específica, podrá tenerla con el sensor correspondiente.
El perfil de vanguardia de esta rueda se completa con la posibilidad de ser controlada desde celulares de los llamados "inteligentes" (smartphones) mediante la tecnología inalámbrica Bluetooth.
La propuesta es que el usuario de la bicicleta encastre su teléfono en el manillar, y a través de su pantalla bloquee y desbloquee la bicicleta, cambie de marcha, seleccione qué tanta ayuda del motor eléctrico quiere recibir, y vea la información que recogen los sensores. Estos datos, además, serán visibles a través de Internet, y podrán compartirse o aportarse a bases de datos para conformar mapas urbanos colaborativos, que muestren los niveles de ruido y de contaminación del aire de diferentes zonas.
Los prototipos iniciales de la Copenhagen Wheel fueron desarrollados con la compañía Ducati Energia y el Ministerio de Medioambiente italiano y se espera que la bicicleta entre en ciclos de producción durante 2010. Según Claus Juhl, CEO de Copenhague, la ciudad emitirá la primera orden de compra para sustituir autos de empleados de gobierno como parte del esfuerzo para llegar a ser la primera capital del mundo neutra en carbono para 2025.
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