Sólo por quemaduras, el 45% de los lesionados son chicos, según datos de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano y Reconstructiva del Miembro Superior (AACM) y del total de pacientes atendidos en las guardias en Nochebuena y fin de año, la mitad son chicos y adolescentes.
"Las quemaduras y lesiones en las manos de los chicos de entre 1 y 5 años muestran que existe una gran falta de control de los adultos, que deben tomar conciencia de que los cohetes son un arma que no pueden dejar en manos de sus hijos", señaló el doctor Fernando Menvielle, miembro de la Asociación Argentina de Cirugía de la Mano y Reconstructiva del Miembro Superior. Y cuando los adultos no los supervisan, el riesgo de lesiones en los chicos se multiplica diez veces.
Los registros hospitalarios indican que las heridas más frecuentes afectan las manos y los dedos (30%), incluidas las amputaciones; los ojos (28%), tanto con la pirotecnia como al descorchar botellas, y la cabeza y la cara (15%), sin importar el nivel socioeconómico. Pero el uso irresponsable de petardos, bombas de estruendo, morteros y otros artículos puede también provocar graves problemas auditivos, que van desde el oído tapado o un zumbido constante hasta sensación de confusión, mareos, inestabilidad o sangrado del oído.
"Es lo que llamamos un trauma acústico agudo, y se produce por el ruido que provoca la deflagración de la pirotecnia -precisó la doctora Marta Ledesma, otorrinolaringóloga del hospital Rivadavia y de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (MAH)-. En general, se habla poco sobre el trauma que la pirotecnia puede ocasionar en la audición y la mayoría de la gente lo desconoce."
Según la MAH, toda explosión superior a los 115 dB puede ser "sumamente perjudicial" para los oídos, y no se deberían subestimar ni siquiera esos fuegos artificiales de mano que disparan bombas de estruendo a gran altura. Así lo prueban las mediciones de la intensidad del ruido de los artículos más utilizados que acaba de realizar el ingeniero Horacio Cristiani, director general de la MAH.
Los resultados demuestran que los valores pueden superar la intensidad del sonido que produce el disparo de un arma de fuego a no más de la distancia de un brazo extendido. La explosión de una fogueta de 12 tiros supera los 130 dB, mientras que una bomba de estruendo tiene más de 150 dB, una bomba doble mecha alcanza unos 140 dB y el mortero, 145 dB.
"En el consultorio, es frecuente que los pacientes recuerden el comienzo de su sordera y lo asocien con el estallido de un petardo en las fiestas de un fin de año -comentó la doctora Ledesma-. Esto no es de extrañar si consideramos el ruido estridente que provoca la explosión de esos artículos."
La medición se hizo a 1 metro de distancia, con lo que la primera recomendación, señaló Cristiani, sería que "para prevenir los riesgos auditivos y todos los demás, lo mejor es alejarse de la explosión, porque a medida que se duplica la distancia la intensidad diminuye 6 dB". A diferencia del ruido laboral continuo, por ejemplo, que no debe superar los 85-90 dB, estas explosiones son ruidos cortos y de gran intensidad.
"El daño es inmediato, por lo que no se aplica ese umbral para las 8 horas de exposición continua, sino los 115 dB para un ruido impulsivo", precisó Cristiani. Por eso, una recomendación importante es que las personas que usan audífonos los apaguen, para no multiplicar el ruido.
En cuanto a las quemaduras, la causa más común en los más chiquitos son las chispas de las estrellitas. En cambio, ya más cerca de los 10 años, las lesiones son más graves. "Usan pirotecnia de más potencia y más padres de lo pensado los dejan usarla libremente -dijo Menvielle-. Y a esa edad el problema es la curiosidad, cuando la reacción motora aún no está totalmente desarrollada y tardan en reaccionar al estruendo."
Según la AACM, 6 de cada 10 lesiones por pirotecnia son quemaduras, seguidas de contusiones y laceraciones. "Las heridas son tan graves que hasta pueden llegar a los huesos o causar la pérdida de una mano o de uno o varios dedos", dijo Menvielle, también de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
0 comentarios:
Publicar un comentario