El también
historiador y docente de la UNT recibió premios por sus obras, que
muchas fueron traducidas a otros idiomas. Sufría una enfermedad
terminal.
El escritor, historiador y docente de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) Eduardo Rosenzvaig
falleció el sábado a la edad de 60 años tras combatir contra una larga
enfermedad terminal que padecía. Este genio tucumano fue premiado en
varias ocasiones por sus obras, de las cuales muchas fueron traducidas a
otros idiomas.
Los restos de Rosenzvaig son velados en las salas ubicadas en
pasaje Padilla y Junín. Este domingo será sepultado en el cementerio
israelita.
En la UNT obtuvo la Licenciatura en Historia, y en Salamanca el
doctorado. Enseñó en la Facultad de Filosofía y Letras y en la Facultad
de Artes de la UNT. En el 99 fue candidato a vicegobernador por Pueblo
Unido.
Rosenzvaig publicó centenares de artículos en diarios y revistas
especializadas como Clarín, Página 12, Realidad Económica (Buenos
Aires), Cuadernos Hispanoamericanos (Madrid), Latin American
Perspectives (California), Casa de las Américas (La Habana), Historia y
Fuente Oral (Barcelona), Herramienta (Buenos Aires).
"Mamá, ¿puedo bailar?" es el último libro que editó, de una lista
de 30, entre los cuales se destacan: "Historia social de Tucumán y del
azúcar", "Tucumán, crisis de un modelo y modelo de una crisis", "El sexo
del azúcar", "De la manufactura a la revolución industrial. El azúcar
en el norte argentino" (con Luis Bonano), "La oruga en el pizarrón",
"Quimeras y pesadillas", "El zoológico de Londres. Cuentos argentinos",
"Cuentos políticos", "El 48. Historia de la Cultura Funeraria del Norte
Argentino", "Los desnudos y los dientes". Fue galardonado con los
premios "Jorge Sábato" (Conicet), Ensayo Casa de las Américas (Cuba),
los internacionales de novela "Luis Berenguer" y de cuentos "Miguel de
Unamuno" (España).
El pensador de izquierda y de fuerte compromiso con los derechos
humanos y con el movimiento cooperativista, era hermano del dramaturgo y
ensayista de teatro Marcos Rosenzvaig, y durante más
de 25 años dirigió el Instituto de Cultura Popular de la Facultad de
Artes, donde desarrolló una intensa tarea de investigación sobre el
impacto social y cultural de la industria del azúcar en la provincia,
que publicó en distintos tomos.
Muchos de sus trabajos recibieron premios internacionales, entre
ellos el prestigioso Casa de las Américas, en Cuba, en dos
oportunidades: en 1996 por el ensayo "Etnias y Árboles. Historia del
Universo Ecológico Gran Chaco", y en 2009 a la literatura testimonial
por “Mañana es lejos (memorias verdes de los años rabiosos”.
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