A un año del asesinato de Mariano Ferreyra: juicio y castigo a TODOS los culpables
El próximo 20 de octubre se cumple un año del asesinato de Mariano Ferreyra y de las gravísimas heridas recibidas por Elsa Rodríguez y otros militantes. La movilización popular logró encarcelar a José Pedraza y a la patota que, bajo sus órdenes, perpetró el asesinato. Pero a pocos meses del juicio oral, los policías que liberaron la zona para que actúe la patota siguen en libertad, y se los juzga por un delito menor, contando con el respaldo jurídico del Ministerio de Seguridad. Tampoco han sido sentados en el banquillo los empresarios de la UGOFE, que licenciaron a la patota criminal por pedido de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria. Desde entonces, la acción de las patotas y la represión contra el movimiento popular se ha cobrado al menos 10 víctimas y numerosos luchadores perseguidos. Otra provocación represiva se desató días atrás contra Rubén Sobrero, junto a los reiterados ataques a los delegados de la línea 60.
Mariano Ferreira tenía 23 años.
Mariano Ferreyra era un pibe introvertido pero que abrazó la militancia política muy joven
cuando apenas tenía 13 años. Creció en la zona conocida como el Viaducto, en Sarandi donde vivía
con sus padres y su hermana más chica. Terminó la primara y fue presidente del Centro de
Estudiantes en la escuela secundaria donde estudió y fue candidato a a consejero escolar de
Avellaneda por el Partido Obrero.
A través de su hermano Pablo conoció a Norma Giménez (57) su mamá política y quien hoy lo llora
no sólo por la pérdida de “un compañero de militancia y lucha” sino “porque se
perdió la vida de un pibe de 23 años que estaba comprometido con la vida. Cuando se lanzan
acusaciones contra la juventud porque está inmersa en la violencia o en el paco, el asesinato de
Mariano Ferreyra significa la pérdida de una vida muy valiosa para cada uno de nosotros”.
Hijo de una familia de trabajadores, su mamá es maestra, Mariano se había interesado por el
teatro, el cine, tocaba el órgano y estudiaba el CBC de la carrera de Historia.
“Hace poco tiempo atrás había realizado un curso de tornería -explica Marcelo Verterian que
fue a la marcha con Mariano-, y había empezado a trabajar en un taller. Pero ahora estaba
desocupado. Era un tipo muy extravertido con sus amigos y todo lo contrario cuando hacíamos
reuniones políticas. Compartí muchas cosas con él. En el verano nos fuimos juntos de vacaciones a
Mar del Plata. Nos sacaron algo de lo mejor que teníamos. Era una muy buena persona y un excelente
cuadro del partido”
Marcelo Verterian recuerda como fueron los momentos previos a la muerte de Ferreyra. "Nos
habíamos concentrado a las 11 de la mañana en el Puente Pueyrredón y avanzamos hacia la estación de
Avellaneda. Allí empezaron los inconvenientes y luego nos dispersamos. Lo perdí de vista a Mariano
pero alcancé a ver un hombre robusto de 30 a 40 años empuñar un arma. Luego me enteré que Mariano
había sido herido".
Norma Giménez se emociona y a través de la linea telefónica su voz se entrecorta. No puede
evitar la tristeza por la irreparable pérdida. “Con Mariano compartí muchas movilizaciones y
charlas políticas. Estuvimos en las concentraciones por Kosteki-Santillán, por la recuperación de
Sasetru y trabajó también en los comedores comunitarios. El lunes estuve reunida con él para ver
qué íbamos a hacer con esta marcha. Lamentablemente una bala asesina se lo llevó y la vida de un
pibe de 23 años se apagó para siempre y el responsable es el Gobierno que ampara el accionar de las
patotas sindicales en complicidad con la policía".
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