La fórmula Jorge Altamira-Cristian Castillo estaría, según los datos oficiales difundidos, en condiciones de competir en las elecciones generales del 23 de octubre, ya que obtuvo casi el 2.5 por ciento del total de los votos válidos emitidos. La ley electoral le exigía al menos el 1.5 por ciento de votos para poder competir en las generales, lo que generó una fuerte movida del sector que bajo el lema “que no silencien a la izquierda” solicitaba al electorado el acompañamiento en las internas. El Frente de Izquierda y de los Trabajadores, compuesto por tres agrupaciones trotskistas (el Partido Obrero, el Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Unida) protagonizó una curiosa en campaña en twitter denominada “un milagro para Altamira”, que promovía el voto a esa fuerza para que pueda alcanzar los 400 mil votos. El Frente de Izquierda y los Trabajadores superó ampliamente las expectativas y obtuvo más de 500 mil votos, posicionándose por encima del Movimiento Proyecto Sur que llevaba a Alcira Argumedo como candidata a la Presidencia.
“La izquierda se propuso algo y lo consiguió. Creemos que (al 1.5 por ciento) lo superamos", sostuvo Altamira a la prensa al llegar a la sede partidaria de la calle Venezuela del 800, donde se montó el comando de campaña.
Según el candidato trotskista, las demás fuerzas políticas "se llevaron una sorpresa”. “No nos van a doblegar", remató en declaraciones reproducidas por Perfil.
Según el candidato trotskista, las demás fuerzas políticas "se llevaron una sorpresa”. “No nos van a doblegar", remató en declaraciones reproducidas por Perfil.
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