SE FUÉ GRACIELA PESOA.

Si, importa saber que era la hija inseparable de Rosa y sus fieles perritos que recorrieron las calles de Villaguay mostrando el lado de su digna pobreza material porque también hicieron docencia de amor al trabajo de lavanderas, que una y mil veces fue mal rentado a propósito.
"Eran de condición humana espectacular, dignas de respeto, escribió alguien, el cual en esta ciudad no lo hay para aquellas personas que no tienen mas que lo puesto".
Quizás es malo generalizar, pero hay mucho de cierto, porque su miserable estado no llegó a sensibilizar a toda la comunidad pero si a varios de sus vecinos que las ayudaban.
No fue solo eso. Un equipo de enfermeros de Psicopatología se unieron y llegaron a mejorar su vivienda y conseguir la donación de camas y colchones que estuvieran en condiciones para que sus castigados cuerpos pudieran al menos descansar de ese trajín sin ton ni son, para la mayoría.
No entendimos cuanta tristeza pudo haber en Graciela al momento de la partida de su madre Rosa, quien se fue dejando de lado el rótulo de "Las Pesoa", simplemente dos mujeres que recorrían la ciudad llevando atados de ropa que alguna vez lavaban.
Graciela paso los últimos días internada, lo mismo que su madre, finalmente se alejó de este mundo previo traslado a la ciudad de Paraná ante el agravamiento de su estado de salud.
¿Fuimos muchos o pocos los que miramos a los ojos a Graciela?. A mí me sucedió en oportunidad de una Fiesta Patria del servicio de Psicopatología, donde mi amigo de infancia y adolescencia "Carlitos", era el orador principal. Allí posaron para varias fotos y me crucé con sus ojos que buscaban encontrar aquello que solo alcanza la luz con su tremenda velocidad.
Aquello que buscan algunas personas que parecen abstraídas en ese objetivo que desconocemos. Graciela mostró ese día solo luz en su mirada, quizás conectada con esa dimensión de las cosas que solo tocan quienes rozan el umbral, esa línea inentendible entre creerse cuerdo y estarlo. Esa luz me conmovió, alumbró la parte oscura de mi para tratar de entender que la razón tiene otra parte, que solo encuentran aquellos que buscan más allá del horizonte de la mirada, solo que a nosotros la curvatura de los sentimientos no nos deja ver...

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