COMO EVITAR LOS PELIGROS DEL SOL.

“Sol, sol, solcito, caliéntame un poquito”, dice la canción que cantan los pequeños de un jardín maternal, pero aunque es un antidepresivo natural que estimula la producción las hormonas del buen humor (endorfinas) y vehiculiza la síntesis de vitamina D, es también responsable del envejecimiento de la piel, de afecciones oculares severas y de graves quemaduras que, a largo plazo, pueden despertar cánceres. “No es que decimos que hay que evitar toda exposición, pero lo que no debemos es 'rifarnos' al sol”, explicó a Salud y Bienestar el jefe del servicio de Dermatología del hospital San Martín, Alejandro Campos Carlés.

Y aunque los especialistas recomiendan protegerse de la radiación ultravioleta del sol durante todo el año, el cuidado debe reforzarse durante los meses de verano.

La intensidad de la radiación ultravioleta que llega a la Tierra depende de varios factores: época del año, altura, latitud, la presencia de nubes o smog que la reducen relativamente, la situación del agujero de ozono -que este año alcanzó niveles alarmantes, según la Organiación Meteorológica Mundial- y las superficies reflectoras, ya que el agua, la arena y la nieve intensifican por reflejo su acción. “El efecto nocivo de la radiación UV sobre la piel no se percibe de inmediato porque no produce sensación de calor, como la infrarroja. Pero se siente de manera alarmante en el cuerpo”, aseguró Campos Carlés.

En diálogo con este suplemento, el profesional indicó que como beber en exceso, fumar o tener sexo sin cuidarse, exponerse al sol sin cuidados es peligroso. Si una persona se expone a la radiación solar debe tomar precauciones y aplicarse protector solar, que debe ser al menos de factor 15. “La protección que tenemos con un factor 15 es prácticamente la misma que si aplicamos otro con uno más elevado. La curva de protección que fija en un extremo el porcentaje de protección y en el otro el factor de protección –que son dos cosas distintas- a partir del factor 15 se debilita y varía muy poco. La aplicación del protector debe realizarse cada cuatro horas, en lo posible a prueba de agua”, afirmó.

Campos Carlés destacó que el tipo de piel incide: “una persona de piel blanca lechosa (tipo 1) y ojos claros, seguramente descendiente de vascos, alemanes, franceses, ingleses o españoles, tiene que tener la protección máxima y exponerse al sol lo menos posible, pero quien tiene la piel trigueña (tipo 2) no tiene problemas porque su melanina lo protege”.

Atención al huso horario
Para exponerse al sol, el médico explicó: “debe tenerse en cuenta que el horario que está vigente en nuestro país es como si estuviéramos en la mitad del océano Atlántico, por lo que debemos restarle dos horas para que nos dé el astronómico. Sin son las 18, hay que tener en cuenta que en realidad son las 16, y si son las 12, en verdad son las 10. Si alguien quiere tomar sol en la pileta o en la playa, lo ideal es estar hasta el mediodía. Pero atención: la exposición a las 17 corresponde a las 15, por lo que el riesgo es elevado. De tarde es conveniente exponerse a partir de las 19, cuando todavía está alto”.

La intensidad elevada del sol y el tipo de población que predomina en Paraná –de piel blanca y ojos claros- predispone a mayores problemas. “Eso configura que haya un porcentaje muy elevado de cáncer de piel, que nos lleva a alertar a la población para que extreme los cuidados”, advirtió.

Sin embargo comentó que “se cuidan más los que trabajan expuestos a la radiación solar, como los agricultores o los albañiles, que quienes lo toman durante el fin de semana, en la playa o en la pileta”.

Afirmó que los protectores juegan un papel importante en la prevención, pero remarcó la contradicción ya que “como Salud pública de la nación los autoriza como de venta libre, las obras sociales no los reconocen”.

No obstante aclaró: “se ha generado conciencia en la población sobre el tema”, y recomendó “ante la exposición extremar los cuidados. Es parte de la cultura que la gente adquiere respecto de la salud: cuidar el cuerpo también implica cuidar la piel”.

Recomendaciones
La Sociedad Argentina de Dermatología y la Fundación Cáncer de Piel dan los siguientes consejos para prevenirse del sol:

Usar protección en lugares de montaña y/o nevados y en el caso de alerta por reducción significativa de la capa de ozono. La nieve actúa como un espejo y hace que se reciba más radiación.

Cuando el índice de la intensidad de la radiación sola sea alto o superior evite la exposición al sol en horas del mediodía, ya que es el período más peligroso. Cuando está afuera expuesto al sol, use el “método de la sombra” que indica que el riesgo es "alto" si la sombra que proyecta es más corta que su altura, "moderado" si es apenas más larga y "bajo" si es mucho más larga.

Utilizar siempre ropa de trama compacta (que no deja pasar la radiación solar hasta nuestra piel), sombrero con ala ancha, sombrillas y anteojos con filtro de radiación ultravioleta.

A la hora de ponerse productos químicos en la piel, deben consumirse un factor de protección solar mínimo 15. Se volverá a aplicar a lo largo del día.

El factor de protección solar que se elija dependerá del tipo de piel de cada persona, del lugar geográfico donde realiza sus actividades al aire libre, de las horas y períodos del año. La Fundación del cáncer de piel y la Sociedad argentina de dermatología aconsejan usar productos con Factor de protección solar (FPS) iguales o superiores a 15.

Al aplicar la pantalla solar, se deben cubrir las zonas expuestas en forma uniforme y reaplicarla con frecuencia (cada dos horas aproximadamente) mientras permanezca al sol. Para pieles muy sensibles o en exposiciones solares muy intensas, se debe usar protector de factor 30 ó superior.

Las personas con piel clara, las que han padecido cáncer de piel, las que tienen muchas pecas y/o lunares deben extremar los cuidados. Los que trabajan al sol deben protegerse diariamente, sin excepciones.

La dosis de sol necesaria para la elaboración de vitamina D en la piel es mínima. No se justifica de ninguna manera —según los expertos— tomar sol para fijar el calcio a los huesos o evitar el raquitismo o la osteoporosis.

Aplicar el protector también en días nublados (hay que recordar que la "resolana" también quema).

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