miércoles, 12 de enero de 2011

El hijo de Reggiardo cobrará este año la herencia de 35 millones de dólares.

El 28 de diciembre de 2010, en vísperas del receso, el juez de Victoria, Alejandro Calleja dictó una resolución en el juicio iniciado por la sucesión de José Antonio Reggiardo, declarando único heredero a Mario Calderón, quien semanas antes había logrado que el Registro Civil inscribiera una nota marginal en su acta de nacimiento agregando al apellido materno el de su padre biológico, e iniciado un trámite para el cambio de sus datos en el DNI.
La decisión de Calleja tiene como antecedentes otros dos procesos judiciales: el juicio de filiación mediante el cual se determinó, con tres exámenes de ADN, que Calderón es hijo biológico del millonario fallecido; y la sentencia penal de la Cámara del Crimen confirmada por el Superior Tribunal de Justicia, que condenó a prisión al abogado de Nogoyá Walter Martínez y el escribano de Gualeguaychú Luis Galli, por comprobar que ambos –con complicidades de algún miembro de la Policía Federal y de otros organismos– falsificaron documentación para hacer figurar como heredera a María Angélica Godoy, una mujer que a la muerte de Reggiardo tenía 25 años, con evidente intención de quedarse con la jugosa sucesión.
José Antonio Reggiardo, apodado Beto o El Loco por su mal carácter, murió a los 73 años luego de una penosa agonía de varios días, producto de quemaduras y heridas sufridas un accidente aéreo, mientras recorría su campo de Colonia Celina –Departamento Paraná–. En ese momento vivía con su mujer Luisa Arrúa y para sus conocidos no tenía descendencia.
Sin embargo, poco después de que sus parientes colaterales se presentaran a la Justicia para reclamar la herencia también lo hizo el abogado Ricardo Solari, de Victoria, en representación de Mario Calderón.
Mario era hijo de María Calderón, una antigua empleada de Reggiardo que falleció cuando aquel era pequeño. Por una serie de casualidades dignas de un guión cinematográfico, se enteró de su sorprendente procedencia. Sucedió que un primo de Mario, cuando era chico alcanzó a escuchar una conversación entre su madre y su tía María Calderón, en la cual esta última confesaba a su hermana que el niño no era hijo de su concubino sino fruto de una relación sentimental con el patrón. El primo –Carlos Dosba– guardó el secreto durante años y se lo reveló a Mario Calderón al enterarse por los medios del accidente sufrido por Reggiardo.
Calderón buscó a su padre para poder hablar con él antes de su muerte pero al llegar a la clínica en la que el accidentado pasó sus últimos días, en la ciudad de Córdoba, se enteró de que el hombre ya había fallecido.
Aunque al principio tenía algunos reparos, gracias a la insistencia de su primo Dosba, Mario Calderón se presentó en el Juzgado de Victoria para iniciar un juicio de filiación. El 19 de marzo de 1999 su abogado pidió una prueba de ADN y medidas cautelares para que nadie disponga de los bienes del estanciero. Además de la oposición de los parientes colaterales del fallecido, el 3 de noviembre de ese año se sumó la presentación de María Angélica Godoy, quien reclamó la herencia portando un acta de nacimiento expedida por el Registro Civil de Nogoyá –que a la postre resultó apócrifa– y un documento procedente de la Policía Federal que supuestamente acreditaba su condición de hija de Reggiardo.
En medio del juicio, Calderón y su abogado fueron tentados mediante llamados anónimos para renunciar al reclamo a cambio de 3 millones de dólares.
El juicio en el caso Reggiardo realizado en 2008. 
Sin embargo siguieron adelante y lograron desenmascarar la maniobra de la falsa heredera, urdida por el abogado Martínez de Nogoyá y el escribano Galli de Gualeguaychú. Lo que no pudieron evitar es que un juez pusiera toda la fortuna de Reggiardo en manos de los estafadores, que rápidamente vendieron una fracción de mil hectáreas, todo el ganado, mobiliario de las casas de campo y posiblemente también otros objetos de valor como, por ejemplo, una colección de autos antiguos. El abogado de Calderón interpuso un recurso y logró detener nuevas ventas.
Mientras tanto, a raíz de la denuncia penal se inició un proceso que finalizó con una condena dictada en 2008 por la Cámara del Crimen de Gualeguay, por falsedad ideológica de instrumento público agravada y reiterada, estafa y uso de documento público falso en forma reiterada. Los imputados acudieron en casación al STJ, pero el máximo tribunal de la provincia confirmó la condena. Acudieron también a la Corte Suprema pero el recurso de queja que tampoco prosperó, y finalmente fueron a prisión a principios de 2009.
La Justicia reconoció en 2002 a Mario como hijo de Reggiardo, pero María Angélica y los familiares colaterales del fallecido apelaron. Finalmente la razón la tuvo Calderón, quien en 2010 inició el sucesorio ante el juez Callejas de Victoria. El 28 de diciembre el magistrado dictó una resolución declarando heredero a Mario Calderón y excluyendo a María Angélica Godoy. En diálogo con El Diario el magistrado confirmó la noticia y explicó que cuando se reanude la actividad judicial el heredero, a través de su abogado, podrán solicitar la administración de los bienes y entrar en posesión de la herencia. Para ello se deberá aprobar primero lo actuado por la administradora judicial, contadora Betina Zavala. “Creo que no habrá problemas porque Calderón y su abogado han estado controlando los pasos de la administración en los últimos tiempos” explicó el juez Callejas.

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